No todas las sensaciones dan placer.

• Cuando se acelera el corazón al ver su sonrisa, que da más de cien pulsaciones por minuto, y no puedes controlar quedarte mirando la energía que puede llegar a transmitir una sonrisa, pero no es una simple sonrisa, es la suya.
• Mirar a los ojos a una persona especial, y saber que te comprende, que puedes llegar al fondo de su corazón con solo fijar tus pupilas a las suyas, y ver como se contraen y se dilatan; y saber que con solo mirarle a los ojos, puede que ya haya tocado tú corazón y lo llene con fuertes sentimientos.
• Esa sensación de poder notar sus labios junto a los míos, saborear cada rincón de su boca y llegar a lugares donde nadie a llegado. Que se me escape una sonrisilla al notar que sus dientes muerden suavemente mis carnosos labios,y a continuación, poder morder los suyos sin rencores.
• Cuando experimento la desagradable sensación de impotencia al saber que te estoy perdiendo, pese a que no eres mio. Que te has fijado en otra chica en vez de en mi, puedes llamarlo celos si quieres, pero yo te quiero a ti, y tu a otra, y esta es una de las peores sensaciones que se puede experimentar.
• Levantarte sin ganas de hacer nada, sin ningún sentido que estimule tu cuerpo ni tu cerebro, saber que fuera hay personas felices que ríen con ganas y tú mientras destrozado. Pero que pese a eso, sabes que hay que sonreír y fingir que todo va bien  .
• Cuando inmensas ganas de llorar inundan tu corazón y no estas en el sitio adecuado para desahogarte  y un fuerte dolor te comprime el pecho y te duele al respirar.
• Esos nervios que se comprimen todos en la tripa y en el pecho al estar delante de esa persona, a la que quieres y te mira, habla y sonríe y tu no sabes que hacer, por miedo a fallar en algo.

Todas estas sensaciones son las que pienso que cualquier ser humano a experimentado y sé que hay más, infinitas, pero pienso que las que quedan son las que cada persona siente a su manera.

Lo peor viene cuando cada una de estas sensaciones vienen a ser provocadas por la misma persona, a la que no puedes olvidar, pero que pese a eso, sabes que tienes que hacerlo.